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Veo veo un lugar

Hace casi 10 abriles fui a la Calzada del Gigante por primera vez. En ese momento no vivía en UK y esa postal realmente me impactó, dejándola grabadísima en mi memoria.


Algunos años después esa vivencia se transformó en material de visualización en el momento más triste que he vivido hasta ahora: durante días y días lo único que me abstraía de mi dolor era recorrer el verde de las montañas, al agua chocando contra las piedras, la brisa fresca en la cara aunque fuera pleno verano en el hemisferio norte.


Efectivamente la herramienta -aunque poco gastada ya- de recurrir a ‘tu lugar felíz’, es útil y necesaria. Todos debemos construír uno, o varios. No se si felíz -o seguro– son siempre las palabras que más le combinan a esas imágenes de las que debemos echar mano, pero al menos ‘tu lugar de tranquilidad’, lo es.


Este fin de semana regresé, allí donde era otra. Fascinada por el mismo paisaje y en algún punto también por experimentar cuántas cosas nos atraviesan y aún así se puede seguir viendo con ojos de niño el mismo verde, las mismas montañas y las mismas piedras. Por suerte 😊 esta vuelta me actualicé material, porque esta estaba con K.


Tomate un minuto y recuperá de tu disco rígido ese lugarcito; tenelo con acceso directo en el escritorio. Siempre puede salvarte.




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