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¿Qué hora son?

Para este 2021, mi resolución fue hacer un nuevo voluntariado y me lancé a por uno que ayuda a familias con necesidad de apoyo emocional.


En la entrevista de ingreso, el manager Kyle me cuenta cómo funcionan las cosas y da por sentado que cualquier gasto que mi actividad con ellos genere, va a ser reintegrado. Yo, que hasta ese momento había mantenido silencio incorporando toda la info, interrumpo y destaco el gesto, considerando que un voluntariado hubiese justificado no devolver el dinero gastado. Con el wifi entrecortándole la voz, responde: ‘Vos estás aportando tu tiempo y eso es lo más importante’.


Más tarde ese día llegarían tres mensajes de pacientes que hablaban del tiempo también: el que se habían tomado en la pareja, el que se daba por terminado con la esperanza de que hubiese una mejora (que no hubo) y el de las vacaciones que posponía nuestra sesión una semana. En todos los casos, el tiempo era sagrado: por su costo, por la distancia, por la desilusión, por el placer.


En todos los casos el tiempo 𝘦𝘴 sagrado y si bien nos mantiene activos, cuando transcurre y ya sin poder hacer nada al respecto, nos ayuda a ver las cosas con más claridad. Entre otras cosas porque retornamos a nosotros la carga emocional de lo que sentíamos en ese momento y entonces la escena… se vuelve un poco más objetiva.


A todos los que hoy han decidido reinvertir su tiempo de manera diferente, les deseo que tengan un buen viaje.


“𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝑠𝑜𝑚𝑜𝑠 𝑚𝑖𝑔𝑟𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑎 𝑡𝑟𝑎𝑣é𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜” ― Mohsin Hamid, Exit West




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