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Mis reglas

Mi vaso de agua con limón y yo frente a la compu. El documento de Word casi en blanco y el ensayo eteeerno para la facu que no fluye. ‘Esto no me puede pasar, ¿qué psicóloga soy si no se me ocurre qué escribir y encima me estreso?’ + la pelota en el estómago. Así señores, se conforma una regla demandante que te ahoga como una deuda a fin de mes. Para identificarlas podemos rastrearlas por un persistente sentimiento extremo (como una puntadita emocional) un tanto inapropiado para la situación – cuestionarme profesionalmente solo por una monografía, really? Eso se torna fundacional para la auto-charla en espiral negativo que incluye:

  • planteos existencialistas por temas cotidianos – ‘¿Y qué voy a hacer de mi vida si no puedo con una entrega de la facu? ‘

  • ausencia de soluciones alternativas porque nos aplasta la modalidad todo o nada ‘Lo tengo que resolver hoy o no voy a poder continuar con el cuatrimestre’

  • generalización de lo malo ‘Siempre me pasa lo mismo’, ‘Todos van a pensar que la situación me superó’

  • sobredimensión de lo negativo ‘Estoy vieja y no me da el intelecto para esto’

Las reglas demandantes tienen aspectos reales e irreales. Cuando las descubrimos y hacemos ‘pica para todos los compas’ es momento de cuestionarlas, tornearles los costados irreales y absolutos para de a poco, transformarlas en reglas preferenciales. Las preferenciales son más amables y plantean moratorias a nuestras deudas; nos permiten suavizar la mirada sobre el mundo – y ver que el mundo tampoco es perfecto, just como nosotros. En mi crisis universitaria, las preferenciales serían algo así como:

  • ‘¿Cuándo podría volver a sentarme si no puedo hoy con la entrega?’

  • ‘Hubiese sido mejor resolverlo hoy pero buscaré un momento en la semana aunque me quede menos tiempo’

  • ‘A veces me pasa que no se me ocurre qué escribir durante un finde’; ‘No soy la única porque en el chat de la Uni han escrito quetambién están abrumados’

  • ‘Estoy más grande, y quizás proceso la info de otra manera’

No te demandes tanto, preferite un poquito más. ¡A ensayar!



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