¿Te pasó de entrar a tu teléfono para chequear un mail y distraerte respondiendo otro cortito, o entrar al link que te mandaron o dar el dato que faltó para que el proceso de algo siga su curso, o mandar la foto del zoom de ayer?
La secuencia: Media hora después seguís mirando el teléfono con un montón de cosas a medio hacer y por supuesto, sin revisar lo que querías leer inicialmente, tu prioridad en ese momento. Si estás muy al tanto de que ésto te sucede, es porque mantenés control de tu piloto automático y es más factible que puedas modificar conductas. En cambio si no lo percibís cuando te pasa, ello puede volverse un problema porque vas cediendo cada vez más espacio a hacer las cosas sin consciencia plena. Uno de los (¿mil?) inconvenientes del piloto automático es que muy pronto se sobrecarga de pensamientos, recuerdos, ansiedad y tareas. Como lo haría tu compu con las mil ventanas abiertas que dejás (hola). Ahí es cuando tu mente se relentiza, te empezás a sentir agotado, ansioso y casi insatisfecho con todo. ¡Cuidado! Porque la compu se congela y hay que resetearla.
Si llegás a este punto poco felíz en que la sobrecarga copó tu consciencia, es muy difícil revertirlo 𝑠ó𝑙𝑜 yendo marcha atrás. El primer paso es poder identificar cuándo el piloto lleva el control (the boss) e intentar direccionar tu atención sobre tus prioridades.Poder entrenarte en el aquí y ahora no va a deternerte en el momento de la distracción, pero te llevará a pensar '¿𝐸𝑠 é𝑠𝑡𝑜 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑒 𝘩𝑎𝑏í𝑎 𝑝𝑟𝑜𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑜 𝘩𝑎𝑐𝑒𝑟?'.
Commenti