Ayer Spotify nos solicitaba un nuevo método de pago y dejó a la familia entera sin música por unos minutos. Si, sólo unos minutos. Mi marinovio -al mando de la tarea administrativa de actualizar el pago cuanto antes- nos hizo callar, pidió datos, fue a buscar la computadora, nos dio funciones variadas a todos (no precisamente de la manera más amable) y al cabo de un ratito, spotify volvíó a musicalizarnos la vida.
Más temprano ese mismo día en el paseo matutino con Rustu, repasé mentalmente la agenda de la semana y me di cuenta que había confundido el huso horario al dar una cita a un paciente: me bloqueé, me preocupó qué iba a considerar él de mi falta de profesionalismo y me daba culpa interrumpir la caminata de la perrita para volver a casa y confirmarlo… En fin, ni di el paseo relajada ni volví a enmendar el error. No hice nada.Durante este domingo habíamos encontrado situaciones inesperadas que debímos resolver, y actuamos de distintas maneras. ¿Por qué?
¿Qué sucede con el cerebro masculino y femenino frente al stress? Nos comportamos diferente porque tenemos un 𝑐𝑎𝑏𝑙𝑒𝑎𝑑𝑜 diverso.En términos de explicarlo voy a considerar sólo dos géneros aquí: El cerebro masculino presenta más conexiones entre la percepción y la acción; el femenino por su parte, demostró mayor conexión entre los modos de procesamiento analítico e intuitivo. ¿En criollo? En situación de stress, los hombres tienden a buscar soluciones activas mientras que las mujeres en cambio leemos nuestro entorno social y buscamos comprender las motivaciones o conductas ajenas antes de proceder. Recuerden que hablamos de respuestas típicas, pero cada cabeza es un universo.
¿Lo más recomendable cuando una situación nos supera? Tratar de considerar un poco de ambos mundos ya que eso colabora con la manera de lidiar con escenas que disparan nuestros temores.
No te estreses, pero si lo vas a hacer, reentrená el cableado.
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