Mientras el viernes miraba mi programa favorito de UK 𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘩𝘢𝘴𝘦, una de las preguntas demandaba el nombre que recibe el efecto por el cual uno o varios sujetos tienen un mejor desempeño bajo el voto de confianza de quien los guía.
De inmediato y cual ratatouille, viajé mentalmente hasta las tres reuniones que tuve con la titular de la capacitación pedagógica que curso. En ellas, de cara a la transición hacia las clases online con los alumnos y el delay que yo ya tenía por haberme fracturado el tobillo que me impidió dar algunas de esos encuentros en persona, abiertamente me cuestionó la imposibilidad de llevar adelante un ritmo de trabajo tan intenso, entregas de ensayos técnicos y de investigación, más mi propio trabajo. Luego de la tercera meeting concluída, me encontré con esa sensación finalmente decantada en mí de que no iba a poder y que iba a ser más prudente suspenderlo hasta 2021. Como último recurso y alternativa, le pedí la prórroga de una semana para tomar la decisión, tras haber dado los primeros pasos en el combo de 𝘭𝘰 online. Y me 𝘮𝘢𝘯𝘥é.
6 semanas han pasado ya y si bien aún quedan cosas por hacer, me siento conforme de haber decidido continuar. ¿Hubiese sido más positivo para mi escuchar que efectivamente iba a poder, desde el principio? ¿O el desafío de una realidad adversa fue lo que me motivó a poner mucha energía y dedicación? No lo se... pero el efecto mariposa también existe.
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