Quizás por lo que creo que es deformación profesional, busco tratar de entender lo que le sucede a la gente, no sólo en el espacio terapéutico: en una anécdota que (me) relatan, en los personajes de la peli o por la calle cuando la gente habla -sola o con los demás.
Cuando hago algún comentario al respecto, mi marinovio me mira muy extrañado y me pide que me explaye... yo me irrito, porque está ahí, explícito, sin metáforas, es obvio. ¿Cómo no te das cuenta?
En cambio, él entra al cuarto de los chicos y en dos indicaciones de dónde poner los escritorios de ambos genera un espacio visual que me obliga a preguntar si se deshizo del mueble que… ah no, sigue ahí. Y entonces extrañada me pregunto, ¿Cómo lo hizo? ¿Cómo no me di cuenta?
El Psicólogo Simon Baron-Cohen argumenta que el cerebro masculino tiene una tendencia a 𝑠𝑖𝑠𝑡𝑒𝑚𝑎𝑡𝑖𝑧𝑎𝑟, es decir que percibe el mundo a través de las partes individuales y la interacción entre ellas mientras que el cerebro femenino tiene una tendencia a 𝑒𝑚𝑝𝑎𝑡𝑖𝑧𝑎𝑟, lo cual indica que tiene más capacidad de comprender las emociones de los otros.
Parece que por algo Dora es exploradora y Bob, constructor.

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