"Mind can drag the body and body can never drag the mind"
Hira Ratan Manek
Despues de los 75, las personas tienden a sentir más ansiedad, tristeza y soledad. Of course que son necesarias algunas estrategias para intentar balancearlas con sentimientos positivos y sostener una calidad de vida aceptable para cada uno, para cada cabeza. En USA un estudio ha identificado un intento interesante y prometedor: las 𝘤𝘢𝘮𝘪𝘯𝘢𝘵𝘢𝘴 𝘥𝘦𝘭 𝘢𝘴𝘰𝘮𝘣𝘳𝘰.
Caminar hacia el 𝘢𝘴𝘰𝘮𝘣𝘳𝘰, entendido como una emoción positiva, producto de algo tan diferente (por inmenso, bello, extraordinario, etc) que es difícil de comprender inmediatamente. ¿Saben qué implica? Gracias a eso inexplicable que estamos presenciando, nuestro foco vira de nosotros mismos al mundo, haciéndonos sentir más insignificantes y paradójicamente más conectados con nuestro entorno, impulsando cierta voluntad de 𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢𝘳 𝘱𝘢𝘳𝘵𝘦, al menos como espectador.
Dependiendo de nuestros intereses (y lo que esté habilitado), caminar hacia nuevos paisajes, museos, asistir a una celebración ajena en alguna iglesia, etc puede llevarnos a potenciar la interacción social con quienes están en el mismo espacio. Eso nos abstrae de nuestra nube negra y aunque sea sólo por un momento, nos sentimos con otros.
Y eso, con 75 o 5, hace bien.
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