Me acuerdo mucho de sus voces. Los audios ayudan a mantener los tonos vivos en mi oído, y también sus risas... No las veo hace más de 3 años.
Somos todas mujeres. Nos contamos cosas pero paralelo a lo que pronunciamos, funciona mi maquinita de preguntas ahogadas en el silencio de la distancia, esas que juegan al pinball en mi cabeza pero que ellas no llegarán a escuchar nunca: ¿Usan otro perfume? ¿Cómo festejan sus cumples? ¿Cuándo lloraron por última vez? ¿Me extrañan?
Todos tenemos esa pequeña (o gran) cuota de narcisismo que nos hace meditar acerca de qué opinión tendrán de nosotros los que verdaderamente nos importan. Quizás lo pienso así porque no conozco en persona a algunos de sus hijitos ni algunos de sus otros proyectos. No las veo llegar con bizcochitos para el mate, ni bajar del bondi, ni llevar al auto al mecánico, ni abrazarme cuando la que llora soy yo.
El otro día alguien me decía ‘Nada es igual. Uno se queda con la despedida donde todo es fiesta, pero al volver, todos están ocupados’. Of course, cuidadito… antes de volver hay que revisar qué expectativas tenemos como expatriados a la hora de reunirnos con quienes dejamos.
Es como sumarte a saltar la soga con otra persona: vos tomás el tiempo de unirte a lo que ya está sucediendo, la soga no para. Y si entrás a destiempo, la soga pega fuerte.
A lo lejos, los gestos de amor se tornan color sepia y se atesoran con una cosquillita ahi, entre la oreja y la mandíbula: el viaje a rosario, hospedarme en sus casas, cenas, bodegas, facultad, barrio…. Y estoy tan agradecida
El 20/7 pasado saludé a mi amigo escocés y le expliqué el concepto. Me dijo, ‘Eso suena totalmente inventado, pero ¡felíz día del amigo a vos también!’
Cuando vuelva de visita, trataré de entrar a saltar con ellas lo mejor que pueda.Felíz día a mis amigas y a todos los que somos amigos de alguien.
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