Cuando vamos a devolver una prenda fallada o cuando protestamos porque tuvimos que descolgar la ropa seca nosotros 𝑜𝑡𝑟𝑎 𝑣𝑒𝑧, nos estamos quejando. La primera es una queja instrumental (porque resuelve) y la segunda, expresiva.
En ambos casos, las neuronas estan envíando información de unas a otras mediante transmisores que las conectan, creando un recorrido neuronal. Cuanto más utilizamos un mismo recorrido, más predominante se vuelve y resulta más práctico usar esa manera de 𝑙𝑒𝑒𝑟 el mundo. También funciona así con nuestros pensamientos y comportamientos negativos.
Esto significa que efectivamente hay una razón detrás de la idea de 𝑠𝑖 𝑚á𝑠 𝑛𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒𝑗𝑎𝑚𝑜𝑠, 𝑝𝑒𝑜𝑟 𝑛𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑛𝑡𝑖𝑚𝑜𝑠.
¿Por qué? Porque el cerebro aprende y refuerza esas rutas -poco aconsejables- para el procesamiento de lo que vemos, escuchamos y decimos. Tanto se adapta el cerebro que se vuelve experto y hasta puede generar esos estados de ánimo negativos aunque no haya algo que los genere en el momento en que nos sentimos mal.
Mantenernos positivos en estos tiempos puede ser una ardua tarea, pero sigue siendo necesaria. ¿Cuántas veces te quejaste hoy?
Comments